martes, 9 de junio de 2009

Epitafio para un guerrero del pasado.


Será el peso de la espada en mi mano,
o acaso la memoria del frío acero que corta la carne.

O mi propia sangre aún caliente enroscándose junto a mis botas
como una serpiente oscura y sedosa.

Será la daga que duerme alerta entre mis ropas
o algún fuego que me espera trás la tarde.

Será el tiempo, la magia artera que pacientemente
me espera junto a las puertas del olvido.

Serán mis huesos apilados bajo la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola

Para contactar con el autor
mi email tibiabin@domibay.es

Gracias

Despué de rodar 5mil kilómetros, no hay quien me tome la foto.

Despué de rodar 5mil kilómetros, no hay quien me tome la foto.
La vieja cámara puesta sobre la tierra...