miércoles, 21 de abril de 2010

Nuevo Barrio


Mientras el cielo huaracino sigue siendo tan azúl que lastima los ojos. Mi nueva casa en el malecón de Chorrillos navega entre las nubes.
Una docena de cajas de cartón y la vieja hélice de madera se vienen conmigo a desandar la misma ruta que hicimos hace diez años. Siento que el nuevo barrio, con sus casas antiguas, sus pescadores, artistas y pasteleros (léase junkies), me llama. Siempre es interesante cambiar de aire, y esa parte de Lima, que siempre atravieso para ir al sur o a la Herradura es como una ciudad, o mas bien un pueblo, totalmente nuevo y por descubrir. Está el viejo bar a la vuelta y un cine abandonado desde la década del 70. El muelle de pescadores, las bancas del malecón donde remiendan las redes, el mercado y su mítico cebiche...
Es imposible no pensar que a la larga extrañaré el aire claro y las enormes montañas. Los bosques escarpados y el rumor del río... pero a cambio tengo al mar oscuro y susurrante a la mano y todo lo que una gran ciudad como Lima puede ofrecer de bueno, malo, nuevo o inquietante.
Lo más importante es la nueva oportunidad de cambiar, de saltar al vacío, de recomenzar...

Despué de rodar 5mil kilómetros, no hay quien me tome la foto.

Despué de rodar 5mil kilómetros, no hay quien me tome la foto.
La vieja cámara puesta sobre la tierra...