lunes, 5 de enero de 2009

Cuadernos de Viaje II... el inicio


Encontré el cuaderno number one. Data de 1990 y con él nacieron mis ansias de escribir. Todo comenzó con la muerte de mi abuelo y conmigo rescatando y restaurando su antigua biblioteca en Pueblo Libre. Que la Taberna Queirolo quedara a solo media cuadra también ayudó.
En ése mismo més mueren mis tíos. Yo decido que la vida es demasiado rápida e insegura, y que el mundo es grande y me espera. Vendo todo lo que tengo y compro un pasaje a Madrid y un Eurailpass de 6 meses. En la escala en Miami compro una máquina de escribir a pilas.... si, a pilas, no reirse ...
Sin dinero para comer a veces, descubrí que se puede dormir en muchos lugares hermosos y gratis... cómo sobre el techo de una iglesia en la isla Santorini, sobre el increible azúl del Mar Egeo, viendo el cráter del volcán que destruyó al mundo antiguo y llevó las Siete Plagas a Egipto.


También descubrí algo que cambiaría mi vida para siempre. Los viajeros. Escuchando las conversaciones en bares, trenes y hostales, vislumbre un mundo sin fronteras, sin hogar, sin trabajo fijo. Un mundo en el que vivían un huevo de locos diseminados que sin existir facebook ni mucho menos Internet, se comunicaban y relacionaban entre ellos a través de mares y continentes. Notas, tarjetas, papelitos pegados en hoteles o entregados de mano en mano. Una comunidad viva desperdigada por el globo, unida por el ansia de viajar y separada del sistema oficial.


Marruecos si fué un poco shock para mí. No tenía idea de que esperar y no llevé ni un mapa, ni guía ni nada. Fumé tanto hash que casi todo el viaje hoy parece un sueño, si no fuera porque mis dibujos se parecen notablemente a unas fotos que encontré con google, yo mismo pensaría que me lo inventé. Es una cultura tan diferente que hasta las cosas más simples se complican, como comprar pan o ir al baño. Una mañana desperté en un coche de tren abandonado en el patio de máquinas de Casablanca, una noche mi autobús se marchó con mi mochila dentro cuando yo bajé a tomar té. En Essaouira me quedé muchos días. Preparaba ceviche en el puerto y tenía un hermoso cuarto con balcón sobre el mar y baño con water...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que paja las ilustraciones. Lo que me viene a la mente es que el presente suele ser un mal resumen de nuestro pasado. Es decir, cuadernos como esos te ayudan incluso a ti mismo a recordar bien quién eres. Por mi parte, yo no soy viajero, lo más parecido que tengo son mis cuadernos de análisis matemático o algún seminario de Hegel (última época en que me animé a tomar notas en papel). Saludos amigo.

Karina dijo...

Qué mostro!!!

Y qué chevere que aún conserves esos cuadernos...suena lindo lo de tu viaje por Europa, aunque no creo que yo pueda hacerlo... a veces el no tener idea del que pasará mañana me pone re nerviosa, soy bastante maricona para esas cosas...

Lindo las fotos de Huaraz...

Despué de rodar 5mil kilómetros, no hay quien me tome la foto.

Despué de rodar 5mil kilómetros, no hay quien me tome la foto.
La vieja cámara puesta sobre la tierra...