Lo que algunos invitados juran haber escuchado, al pasar la joven corriendo a su lado, era más un quejido sordo y una insólita maldición:
- Ayayay, vieja hada loca. Pobres mis piés ! A quién se le ocurre idea tal, esclava de la la moda... zapatitos de cristal !!
El Lobo Malo se comió a la abuela y se puso su ropa (la de la abuela)
Caperucita tambien estaba dispuesta, pero al ver al al lobo vestido de mujer, se desanimó.
Por eso llamó al leñador...
Ayer intenté comerme un pedazo de La Luna, y me atoré.
Hoy desperté con un poema en la boca, y me lo tragué.
Mañana me pararé sobre el futuro.
Al viejo pirata tuerto y cojo le duele la pierna que ya no tiene. Le pica el ojo vacío. Piensa que nada hay peor para un pirata que sobrevivir a su propia leyenda. Y en su silla de bambú, retirado en un puerto lejano, recuerda feroces combates y hermosas princesas. Y otra vez se siente traicionado por la muerte que nunca llegó.
No importa cuantas veces la serpiente mude de piel, sus colmillos siguen ahí, dicen.
No hay nada que desanime más al viejo zorro que la duda y la lentitud. Si vas a correr con las fieras, piensa, corre come ellas.