El principio y el fin.

Nadie dijo que sería fácil, ni rápido, esto de mudar de piel y de todo. Me tomó bastante mas tiempo, esfuerzo y plata de lo planeado. Ahora me parece que lo importante de éste proceso fue no tanto reactivar un carnet perdido, ni tampoco recuperar una profesión o relanzarme a la carrera, sino el cambio de actitud hacia la vida y el futuro.

De nuevo siento el ímpetu de salir adelante, de descubrir mis capacidades, de retarme a mi mismo. Los desafíos me apasionan.

Algunas cosas que hace 4 meses me parecían no sólo lejanas, sino prácticamente imposibles son ahora parte de mi vida normal. De hecho, lo que parecía fácil y evidente ha sido la parte que más me costó conquistar, mientras que algunas metas que creí fuera de mis fuerzas cayeron solas, se inclinaron gracilmente y me abrieron el camino sin chistar.

Ahora todo un set nuevo de dudas y preocupaciones son los que se ven delante de mí. Las pequeñas y cotidianas luchas del homo-polis. El teléfono que suena, o que se niega a hacerlo. Las oportunidades que no se concretan, el tráfico, los bancos, las deudas, los libros que se amontonan. Los días que comienzan a alargarse y una cierta sensación de irrealidad me embargan por momentos.

Parece que el destino me tiene reservada una cercana vuelta de tuerca al invitarme -aunque solo sea por unas semanas- al pasado. Con suerte será el tiempo necesario y adecuado para empacar problemas y vender las cuerdas que me ataban y que quedaron abandonadas a su suerte entre las paredes del bar. Mil asuntos que barrí bajo la alfombra me esperan y ya comienzan a recuperar la forma y el tamaño que tenían antes y que decidí olvidar durante este tiempo de mutación y cambio. También será el tiempo para cumplir con algunas promesas que me hice, como escalar un nevado (antes de que la nieve sea sólo un recuerdo helado), chapotear en un lago glacial y turquesa y pasar unos días acampando bajo el enorme cielo estrellado de la Cordillera Blanca.

Es tiempo de dejar la casa de los recuerdos en orden y seguir adelante.

No one said it would be easy this skin shedding and all. Actually it took much more time, effort and money than planned. But now it seems evident to me that the real gain, the important lesson in the process was not necessarily the renewal of a license or the re-launching of a career, but a whole new vision and attitude towards life.

Again now I feel the drive to move forward, to try myself, to discover my strengths. This sensation of pushing myself elates me.

Some of the things that only 4 months ago seemed completely beyond my reach are now part of my evryday life. Oddly it seems that what then appeared to me as the easy part, was probably the hardest, and those which seemed like the most difficult obstacles were the first to fall alone, bowing gracefully and opening the way for me .

Now a whole new set of doubts and problems begins to set in. The petty little fights and troubles of the "Homo-Polis". The phone that rings or that just won´t. The debts, the banks, the city traffic, the books that pile up. The days seem to drag longer and a sense of irreality begins to hover over me.

Appearently the future still holds an immediate twist as it plots to re-install me for a final ride - hopefully a short one- to the past.

Luckily this would be a good time to wrap up problems and sell the ropes that bind me before and that I left behind between the walls of the bar as I scrambled away brushing them under the rug in my precipitous dash for the future.

I will also be a time to fulfill some pending promises I made to myself, like climbing a snow peak (before snow ends being just a frozen memory), splashing around in a glacier lake or camping under the enormous starry sky of the Cordillera Blanca.

It´s time to wrap up the memory and move on.