En la selva baja la gente pasa la vida en canoa. Hay algo suave y seductor en su estilizada forma, en el silencio con que surca el agua, en los pequeños remolinos que forma el remo al entrar al agua y que se convierten en las lentas ondas de la estela. Son embarcaciones muy versatiles que se escurren entre los acuaticos callejones del barrio flotante o entre las estrechas "sacaritas" que conectan lagos y cauces mayores.
Los mejores dias de mi viaje amazonico los pase enteros remando en silencio, con mi fiel camara LOMO de 35mms. Y la compañia del zumbar de los insectos y el canto de incontables aves ocultas entre las copas del bosque inundado.
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