Fué allá por el 1850. El Imperio Británico ya había destruido al español con guerras pero más que todo con política exterior. Los jesuitas, asadazos después de ser expulsados de los territorios posesión de la corona española, territorios conquistados, avasallados, sometidos y regulados por La Obra. Y que de golpe y porrazo no sólo eran despojados, sino expulsados, generaron y apoyaron el inevitable movimiento revolucionario/libertario de las colonias americanas. Una suerte de venganza histórica. Bueno... entonces los ingleses tienen todo. Pero que pasa con Asia. Los chinos, no contentos con haber cerrado fronteras durante un huevo de siglos, deciden no necesitar tanto del comercio inglés. En aquellos tiempos seda, canela, clavo, opio y sobre todo, como no, el TE.
Que insulto! Cómo podría sostenerse la avanzada sociedad británica, iluminar al mundo y regir el futuro si estos chinos de mierda no les vendían té!?.
El roche comenzaba cuando el más más del Imperio Medio (o sea China, para los del resto del planeta) se percató de que a su tegen le encantaba el opio. Es decir, en serio, y lo dice alguien que caminó sus calles y callejones. A los chinos les fascinó esto del opio. Los británicos compraban té y lo pagaban con opio, a un super cambio. Un negocio tan redondo que ni el obispo de Canterbury podía criticar. Nunca fué problema el alcohol en China. Pero el opio arrasó tan rápido como Jackie Chan. Y vino el emperador, vestido de amarillo y dijo: "No podemos seguir comprando opio de los "falang"." Y la reina "Her Majesty", o el rey, no recuerdo, de el Imperio Británico dijo: "Las huevas!!" (by golly!) necesitamos ese té!!! Y casi le dá un patatús. Entonces fueron de guerra y 2 barcos ingleses hicieron papilla de como 30 barcos chinos... que loco. Eso fué hace como 150 años. Los chinos cedieron la isla de Hong Kong y la península adyacente fué prestada por 150 años. Mas o menos así va la historia. O sea que se puede afirmar que Hong Kong es la historia más exitosa de los narcos en el mundo. Y en verdad lo es.
Macao es otra historia. Más romántica, latina. Menos guerra y por supuesto menos exitosa. Va algo así: En el siglo XVI los piratas asolaban el Mar de China y tenían una base, a lo Johnny Depp, en una bahía recóndita tan lejos del Emperador Amarillo que ni su mamá se atrevía a mencionar. Justo después de "Superman" Magallanes y aún antes de Cook, una expedición de locos portugueses se fajó y expulsó a esta cuadrilla de fascinerosos. El Emperador procedió a regalarle a Portugal este pequeño enclave: Macau, en algo así como 1550.
Lo irónico es que en 1998, cuando yo anduve perdido por ahi, y Hong Kong me recibió con fanfarria, China con suspicacia y Macau con tifón y el viaje en bus más agotador de mi vida, a la vez que el esteróidico gobierno chino aún digería la reciente devolución de Hong Kong, último baluearte del Commonwealth en Asia, con sus alucinantes reservas y vibrante economía, a Macau, que dista ni 50kms, la ignoraban y casi pedían no tener que recibirla entre sus provincias, porque Macau, aún después de 400 años de tumulto, seguía siendo un chongo, latino, chino, gangsteril y desordenado. Emporio de casinos, apuestas, mafias, prostitución y caipirinhas, y parecía que a los jefes de la China Roja se cagaban de miedo y además preferían seguir teniéndola como escape y escondite antes que intentar controlar ese incontenible deseo que todo chino siente de apostar (me encantaron los letreros en los parques de Hong Kong que advertían: "Gambling forbidden" en cada banca). Mi paso por esa ciudad alucinada, con letreros en portugués y calles sucias. Con sus enormes y vibrantes casinos y malolientes pensiones, fué fugaz y atormentado. Con una fatiga enorme y la necesidad impostergable de comunicarme en cualquier idioma. Abandone Macau en un Airbus 340 de LAP, en Portuñol y primera clase. No creo nunca haberme sentido tan aliviado de terminar un viaje.
Y si algo me jode mas que todo es que mi viejo no me haya hecho leer, antes de viajar a Hong Kong, la novela de James Clavell "La Casa Noble". Que en 2 tomos y como 2 mil paginas pinta este alucinado y romántico mundo. Es una novela coral, sin lujos literarios y con un final malísimo, y que releo cada año como ejemplo de dialogo, personaje, suspenso, intriga y una mirada íntima a un mundo fascinante y extinto. La recomiendo encomiablemente.
martes, 29 de abril de 2008
domingo, 13 de abril de 2008
Hong Kong
Otra buena historia de piratas que pronto me animaré a contar. Hong Kong y su hermana Macao. Dos ciudades tan distintas como similares. Una Historia de Dos Ciudades Piratas la llamaré.
El aeropuerto Kai Tak de Hong Kong ya no existe. Pero en el 98 yo aterrizé en la cabina de un Jumbo 747 y sus alas casi rozaban los rascacielos vetustos de Kowloon.
Tomé un autobús regular en la puerta del aeropuerto y me bajé, con mi mochila y mi jet-lag, a las 9 de la noche en pleno centro. El corazón sangrante de Asia me recibió con los brazos abiertos. Esa noche no pude resistir la atracción de las luces y rápidamente me duché y salí a las calles atestadas. Había memorizado el mapa de mi Lonely Planet, repito que el viaje me había tomado 36hrs, y en unos minutos estaba en Lan Kwai Fong. Un bulevar estrecho repleto de luces, bares y restaurantes. Escogí uno y me senté a la barra y pedí una cerveza sin preguntar el precio. Una regla que siempre sigo es que si llegas a un bar nuevo hay que pedir sin preguntar el precio y te ganarás el respeto del barman. Lo más seguro es una cerveza y esta costó 8 dolares (dolares de 1998), el centro de Hong Kong no es precisamente barato. Una elegante rubia a mi lado sostenía un cigarro sin encender. Sus amigos bebían y reían ruidosos y yo saqué mi Zippo y dije: "Need a light?" La tía me sonrió y llamó a su gente: "This guy is a gentleman", dijo. Cuando los demás se enteraron que había llegado desde las antípodas hacía ni 2 horas me adoptaron y procedieron a llevarme de tour por los bares y discotecas mas exclusivos de la ciudad de los piratas banqueros. Bebí el equivalente a el 20% de mi presupuesto total de viaje y no gasté ni un centavo.
A las 6 de la mañana, después de casi 3 días sin usar pijama, ví el amanecer esperando un bus con una lata de cerveza en la mano. Mi primera noche en Asia había sido un éxito juerguístico y yo aún no sabía que pasarían 2 semanas sin volver a encontrar a nadie que hablara mi idioma.
Es mejor buscarse un buen hotel para la primera noche después de 36 hrs de viaje en 3 aviones. Mid Levels, con vista espectacular.
Pero al dia siguiente, y de boleto doble, me mudé a un lugar mas de acuerdo a mis posibilidades. Edificio Chungking Mansions (?). En Nathan Road, el corazón de Kowloon.
El aeropuerto Kai Tak de Hong Kong ya no existe. Pero en el 98 yo aterrizé en la cabina de un Jumbo 747 y sus alas casi rozaban los rascacielos vetustos de Kowloon.
Tomé un autobús regular en la puerta del aeropuerto y me bajé, con mi mochila y mi jet-lag, a las 9 de la noche en pleno centro. El corazón sangrante de Asia me recibió con los brazos abiertos. Esa noche no pude resistir la atracción de las luces y rápidamente me duché y salí a las calles atestadas. Había memorizado el mapa de mi Lonely Planet, repito que el viaje me había tomado 36hrs, y en unos minutos estaba en Lan Kwai Fong. Un bulevar estrecho repleto de luces, bares y restaurantes. Escogí uno y me senté a la barra y pedí una cerveza sin preguntar el precio. Una regla que siempre sigo es que si llegas a un bar nuevo hay que pedir sin preguntar el precio y te ganarás el respeto del barman. Lo más seguro es una cerveza y esta costó 8 dolares (dolares de 1998), el centro de Hong Kong no es precisamente barato. Una elegante rubia a mi lado sostenía un cigarro sin encender. Sus amigos bebían y reían ruidosos y yo saqué mi Zippo y dije: "Need a light?" La tía me sonrió y llamó a su gente: "This guy is a gentleman", dijo. Cuando los demás se enteraron que había llegado desde las antípodas hacía ni 2 horas me adoptaron y procedieron a llevarme de tour por los bares y discotecas mas exclusivos de la ciudad de los piratas banqueros. Bebí el equivalente a el 20% de mi presupuesto total de viaje y no gasté ni un centavo.
A las 6 de la mañana, después de casi 3 días sin usar pijama, ví el amanecer esperando un bus con una lata de cerveza en la mano. Mi primera noche en Asia había sido un éxito juerguístico y yo aún no sabía que pasarían 2 semanas sin volver a encontrar a nadie que hablara mi idioma.
Es mejor buscarse un buen hotel para la primera noche después de 36 hrs de viaje en 3 aviones. Mid Levels, con vista espectacular.
Pero al dia siguiente, y de boleto doble, me mudé a un lugar mas de acuerdo a mis posibilidades. Edificio Chungking Mansions (?). En Nathan Road, el corazón de Kowloon.
jueves, 10 de abril de 2008
Olvido
Cuando digo qu es nítido el olvido es tan cierto como un oximorón. El olvido no tiene agujeros, dudas ni rencores. El olvido ya fué. No carga culpas, no admite correcciones, no pide nada (a veces disculpas, sí). El olvido es puro, la memoria es ambigua. Pero a la vez, ese amigo sin memoria sufre un golpe, cómo los Picapiedras cuando le cae la sartén a Pedro, y ese olvido nace de nuevo con otra fuerza- La fuerza de la nostalgia, de la costumbre, de "saudade". El arrastre enorme de las ganas, la fantasía, el choque y fuga, la borrada de k-set (de USB ahora, pero que perdida de poesía, no?). Nada es lo que fué, pero tampoco lo que aún será. Si será lo que debería ser. O si le damos vuelta a la revuelta. La duda del futuro, en mi caso, aún del ahora, y peor aún la duda de lo que fué. porque sin duda, sería más, la historia ahoga el ahora, no por real, sino sólo por ahora, por instante, por concha, por la puta tele.. El presente como una línea difusa intentando ganarle al pasado que se hizo historia y al futuro, que intenta serlo. Entonces todo se limita, o se expande a este segundo eterno... a lo Cartier-Bresson, un Instante Eterno. Una foto. Una visión, un nuevo mundo, mas bién, una nueva mirada- Un día. Una decisión. O una paja, cómo esta...
miércoles, 9 de abril de 2008
Memoria
Paris 97
Las primeras que escaneo, y ahora que pienso hace solo 10 años nadie hablaba de cámaras digitales, ni pixeles y ni siquiera internet. Y ahora, en este espacio de nada, diez años. Ni siquiera una generación y ya abandonamos lo material. Estos mundos virtuales que tenemos ahora casi parecen reales no? . No tengo esta máquina ni tres meses y el Domingo que se fue la luz casi me trepo por las paredes. Claro que después trepé en la moto y corrimos bajo el sol primero, y la tormenta después...Bueno, de que hablaba... si, de París. Y para probar, en París que el alcohol también tiene efectos benéficos (como el don de lenguas), porque ayer hable del alcohol y la memoria. Bueno, entonces dentro de diez años PaFFfff!! se viene una tormenta solar o cósmica o que se yo. Y se borran todas las tarjetas de memoria del planeta. Nada virtual, nada. Y ya los veo buscando archivos y jpgs y mp3 desesperados y no van a estar. No va a haber nada.
Pero yo de Paris tengo un huevo de fotos, y ademas una noche me tomé como 5 botellas de tinto y dicen que hable francés mejor que franchute. Y aunque yo no me acuerdo, todos mis amigos juraron que si, incluso el dueño de la licorería que me abrazo efusivamente en francés y yo no le entendía nada y los demás tampoco. Pero si no me acuerdo de eso, si me acuerdo de cada foto, y están en mi cajón, además. O sea que a París lo tengo como encajonado, y el idioma francés a no mas de 6 botellas de vino. Pero y qué de esas fotos feas?, esas que quedaban desterradas al fondo de algún armario, de una caja de zapatos, y que de repente resucitaban 20 años después con un aura mágica de reliquia. Esas tampoco van a existir, porque apenas tomas la foto todos vienen corriendo a verla en la pantalla de LCD y si no están todos como quieren hay que borrarla y sacar una nueva, y otra, y tantas veces sea necesario. Una generación digital con imagen nítida. Me gustan las fotos movidas, desenfocadas, con la cámara en el piso o sobre la cabeza. Las que salen de casualidad sin buscarlas y cuando la máquina se dispara sola.
A este post le caben muchas fotos más. Pero comienzo con estas.
martes, 8 de abril de 2008
Nuevo Estudio Cientifico
Acabo de leer en una sesuda pagina científica, que un grupo de genios del primer mundo ha anunciado que las juergas con abundante alcohol podrían, si así como lo oyen, podrían afectar la memoria del sujeto.
Y es que estos cerebros privilegiados se han pasado años de estudio y seguramente no se cuantos millones, para llegar a tal descubrimiento. Les aseguro que yo les hubiera ahorrado el tiempo y gran parte del dinero y hubiéramos llegado al mismo punto. Claro que con menos probetas y batas blancas y mas bien abundancia de risas y botellas vacías. Ademas también he desarrollado una cura consistente en portar durante esos excesivos momentos una pequeña cámara de fotos, cosa que al día siguiente con solo ver las fotos la memoria queda restablecida en un 83.27%. El problema es que el que sale mal parado al recuperar los recuerdos borrados es el orgullo y a veces también el amor propio. ¿Es que no saben estos señores estudiosos que esa leve amnesia no es mas que una útil defensa que pone el subconsciente para evitarnos la vergüenza de la memoria?
lunes, 7 de abril de 2008
Huaraz
domingo, 6 de abril de 2008
Hamacas en Amazonas.
Armado de una buena hamaca, muchísima paciencia, y un gran libro, uno puede atravesar Sudamérica, de Este a Oeste (y viceversa, pero mas lento porque vas contraelrío), en unas 4 semanas a bordo de las embarcaciones que surcan los caudalosos ríos amazónicos. Necesitas además de los artículos esenciales del viaje, atar bien tu hamaca, llevando para este fin dos fuertes cuerdas de un metro de largo y aprendiéndote algún buen nudo corredizo fácil de desatar, pero que no ceda de golpe depositandote violentamente sobre la cubierta de madera, o como en mi caso, encima del tipo que dormía debajo, causando su caída también y la algarabía de al menos 50 pasajeros que en sus hamacas veían lentamente la selva pasar. Este desafortunado desaguisado tuvo el beneficio de sacarme del anonimato y de ser la estrella del día. Estaba en Brasil y a bordo pase a ser conocido como "O Peruano".
A bordo yo releía "El Péndulo de Foucault", en el que Eco en un párrafo explica la mecánica de este fabuloso artificio y al leerlo, yo en mi hamaca, balanceando levemente y pegado viendo las nubes de tormenta navegar por la selva como enormes barcos negros, me sentí péndulo, que el universo giraba en torno a mi y Foucault, como decimos por acá, un chancay de veinte...
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